Impacto económico de una caída de los sistemas

Vivimos en un mundo cada vez más dependiente de las tecnologías, y el sector empresarial, en mayor o menor medida, sufre esa misma dependencia. Desde pequeños comerciantes que vendan sus productos online hasta las grandes empresas de servicios en la nube, pasando por cadenas de fabricación o suministros, empresas de servicios, hospitales o bancos, ven repercutidos costes asociados a una parada de actividad, total o parcial, debido a una caída de sistemas informáticos o de comunicaciones. Pero, ¿cómo calculamos el valor de esa parada?

A simple vista, hay quien podría calcular la parada repercutiendo el tiempo de inactividad a la facturación global. Si, por ejemplo, una empresa factura 3.000.000€ anuales, sus empleados trabajan 1.780 horas al año y ha sufrido una caída de 8 horas, el cálculo a grosso modoascendería a 13.483,15€. Pero este cálculo es muy inexacto, ya que no tiene en cuenta valores tangibles e intangibles que pueden variar considerablemente ese coste.

Revisando los que denominamos valores tangibles nos encontramos con tres variables:

  1. Impacto a la producción:No todas las áreas de la empresa se tienen que ver paralizadas. Una caída parcial del sistema puede, por ejemplo, dejar paralizado al departamento de ventas, pero que el departamento de contabilidad continúe funcionando a la perfección. Evaluar el impacto a la producción empresarial se basa en calcular qué cantidad de trabajadores no pueden realizar su actividad laboral, multiplicarlo por el coste medio de trabajador/hora y, a su vez, por el tiempo de la caída.
  2. Pérdida de ventas: Esta variable hace referencia a las operaciones no realizadas durante la caída. Puede tratarse de pedidos no servidos, ventas que perdemos, etc. Esto depende de la cuantificación de la empresa según su actividad. Es, en resumen, qué ha dejado de ganar la empresa.
  3. Penalizaciones:Este punto hacer referencia a los acuerdos de nivel de servicio (SLAs) o normativas que podamos incumplir con el cese de actividad y que supongan una penalización económica como compensación para un cliente/proveedor o algún tipo de multa.

Es por esto que, llegados a este punto, tras una caída de sistemas informáticos, en poco tiempo tenemos la capacidad de evaluar de manera más detallada qué coste ha significado para la empresa:

Coste de la caída = (nº de empleados afectados * coste empleado/hora * horas de caída) + Pérdida de ventas + Penalizaciones

Por el contrario, el valor intangible (en la mayoría de los casos) no puede cuantificarse en el momento del suceso, y hay que esperar incluso semanas para ver qué impacto supone a la empresa. El principal valor en estos casos es la pérdida de confianza o imagen empresarial para el cliente o consumidor. Imagina una caída de Amazon en plenas navidades, o las contadas veces que Google o YouTube han dejado de funcionar: la sensación del usuario es de inestabilidad, de que algo está pasando, que algo no va bien. Esta misma sensación se traslada a los clientes cuando los sistemas de una empresa no funcionan y no se pueden cubrir sus necesidades, y pueden repercutir en el nivel de ventas a medio/largo plazo.

Es por esto que, una vez se haya podido estudiar la repercusión entre los clientes, la fórmula quedaría de la siguiente manera:

Coste de la caída = Impacto a la producción + Pérdida de ventas + Penalizaciones + Pérdida de confianza

Por todo esto, recomiendo analizar a fondo los costes, rendimiento y fiabilidad a la hora de elegir qué infraestructuras informáticas va a sostener la empresa, bien sea por renovación tecnológica, ampliación del servicio, etc., y no ir simplemente a la partida económica de un proyecto.

Perfil del autor

Gonzalo Bajo
Mánager de Infraestructuras IT y Ciberseguridad en ADT Operador Logístico