El coche eléctrico: ¿es oro todo lo que reluce?

En estos días el gobierno ha anunciado su intención de elaborar leyes que prohíban la matriculación de coches con motores diésel, gasolina e híbridos para el año 2040 y que a partir de dicha fecha solo permitirá la matriculación de coches eléctricos o de motor de hidrógeno.

¿Quién no va a estar a favor de leyes que protejan el medio ambiente y el planeta?, es muy fácil declararse partidario de cosas como estas, posicionamientos así son baratos, tienen gran repercusión mediática y procuran simpatías, además de votos, pero hagamos un pequeño ejercicio de reflexión: ¿Nuestros políticos han estudiado el asunto con suficiente profundidad como para poder fijar una fecha en un tema tan importante de modo tan tajante?, ¿Están seguros de que dentro de dos décadas será el motor eléctrico la solución ganadora de la movilidad del futuro?, y si la solución de recambio es otra, ¿Están seguros igualmente, de que el motor eléctrico, directa o indirectamente, producirá contaminación cero?, ¿Dónde están los estudios técnicos y científicos que avalan estos planteamientos?, ¿Cuándo, dónde y con quién se han debatido en profundidad estos asuntos?. Sí, escuchamos y leemos muchas opiniones, pero muy pocas de auténticos expertos, ¿Qué tienen que decir los grandes fabricantes automovilísticos?, ¿Y las grandes compañías eléctricas?, ¿Y los trabajadores del sector del automóvil?, ¿Y los propios ciudadanos?

Ciento diez años han transcurrido desde que Ford lanzó su modelo popular Ford T al mercado, un extenso periodo en el que el automóvil ha llegado a constituir uno de los principales avances de la humanidad en el siglo XX y no es para menos, nos ha procurado una libertad de movimientos como nunca antes se había conocido.

Los motores de gasolina y diésel han convivido sin mayores problemas, tomando estos últimos un gran desarrollo tecnológico en los últimos tiempos, por ser este combustible más barato, los motores más duraderos y los consumos más contenidos, esto, además de haber alcanzado altas cotas de confort y niveles de contaminación muy reducidos. Los coches diésel se han popularizado hasta el punto de ser escasas las familias españolas que no dispongan de alguno y ahora, de pronto, se demoniza el diésel y se nos dice que tiene los días contados y no solo eso, se adoptan medidas políticas, que no técnicas, en contra del mismo, penalizándole y restringiendo fuertemente su uso ante episodios de contaminación atmosférica. Sería más sensato que fuesen las ITV, ya que las pagamos, las entidades técnicas que valorasen si un coche cumple o no los requisitos de emisión de gases y no una reglamentación discriminatoria de base puramente ideológica.

¿Estamos seguros de que los motores diésel actuales contaminan más que los de gasolina?, ¿Quién lo dice?, ¿Dónde están los estudios que lo avalan?, ¿Qué debates serios y rigurosos se han hecho hasta el momento sobre este extremo?

Supongamos que la industria ya ha efectuado los cambios necesarios para dejar de producir coches de combustión, pasando a proveernos de coches eléctricos o de motor de hidrógeno, que tendrán que convivir con los de combustión hasta el año 2050, ídem con la red de aprovisionamiento, que ya tendrá capacidad para recarga de los coches eléctricos, aunque esto es mucho decir. ¿Cuánto nos costará a los consumidores renovar el parque automovilístico (unos 25 0 30 millones de coches)?, ¿Quiénes se verán más perjudicados en esta renovación?, parece que los más desfavorecidos, ¿Cuánto nos costará a los consumidores proveernos de puntos de carga en nuestros aparcamientos?, ¿Cuánto nos costará el incremento de potencia a contratar y el consumo que realizaremos?, ¿Estarán las compañías eléctricas con capacidad suficiente para afrontar el incremento energético que supondrán las recargas simultáneas de todo un parque automovilístico?, ¿Cuánto contaminarán las pilas desechadas y qué tratamiento se les dará?, ¿Quién garantizará que las centrales eléctricas se proveerán para entonces cien por cien de fuentes no contaminantes y cuáles serán estas?, porque hoy por hoy siguen consumiendo y mucho, energías fósiles y nucleares, ¿Cuál será el precio del kw/h para el consumidor?, ¿De qué sirve tener un parque automovilístico eléctrico, si la flota de camiones, autocares, petroleros, cargueros, barcos de pesca, trasatlánticos, barcos de recreo, aviones, calefacciones, máquinas de guerra de todo tipo, etc. siguen consumiendo combustibles fósiles?, porque es aquí donde se produce la mayor contaminación del planeta. Nos encontramos ante un asunto muy serio que no debiera permitir ni atajos, ni brindis al sol.

Perfil del autor

Miguel Ángel Cabanas González
Licenciado en derecho
Economista
PDD IESSE
 

COMMENTS

  • <cite class="fn">Jean-Marc Alma-Charlery</cite>

    Estoy totalmente de acuerdo con todas estas preguntas. El problema es que los cambios impuestos muchas veces encuentran oposiciones fuertes. Esto pasó por la prohibición del tabaco en los bares y restaurantes. Muchos decían que eso iba a afectar la actividad. Y el parón analógico. Y el paso de la peseta al euro. Muchos de los que temen ese cambio no lo verán. La pregunta es. Podemos seguir siendo dependientes de las energías fósiles? Podemos seguir gastando 50 euros en gasolina en vez de 3 euros? Hay que trabajar alrededor de un cambio, no intentar frenarlo. porque no ayudamos a las generaciones futuras. El coche eléctrico es el futuro. Pero lo que hay que tener en cuenta es que en España, no hay fabricantes de coche. Seat es alemán. y pertenece al grupo Volkswagen que ya se ha posicionado a favor, al igual que Renault. Y los demás seguirán. El mundo automovilístico ha decidido que sera así. Y los camiones? seguirán también. Pero porque basta con que alguien encuentre la solución para ellos tambien para que el gobierno haga lo mismo que con los coches. Ese alguien tiene que salir de nosotros. La otra opción es decir que no cambiara la cosa para los camiones y frenar la investigación y dejar que un Tesla venga de fuera en vez de decir: Chicos el parón fósil es 2040 A trabajar para que España aporte su grano de arena a ese cambio. Y de eso se trata. impulsar la subida al tren del cambio y ser un país que avanza…

     

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